jueves, 20 de mayo de 2010

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la colmena : CAMILO JOSE CELA La colmena es una novela de Camilo José Cela, editada en Buenos Aires en 1951. No pudo publicarla en España hasta 1963, debido a la censura de la época ya que en la novela hay bastantes alusiones al sexo y al ambiente homosexual y carcelario de la época. Estos temas y la época en la que se publicó, (estando Franco en el poder en España), provocaron la censura. Durante el mismo franquismo, Manuel Fraga -cuando fue nombrado ministro del interior-, autorizó la primera edición en España.
La estructura externa está compuesta de seis capítulos y un epílogo. Cada capítulo consta de un número variable de secuencias de corta extensión, que desarrollan episodios que están mezclados con otros que ocurren simultáneamente. De esta manera el argumento se rompe en multitud de pequeñas anécdotas. Lo importante es la suma de las mismas, que conforma un conjunto de vidas cruzadas, como las celdas de una colmena.
El marco espacio-temporal es muy preciso: Madrid en unos días de 1942, en plena posguerra. El autor intentó reflejar con el máximo verismo la realidad social de la época adoptando un punto de vista objetivista, pero, como es lógico, tuvo que realizar una selección dentro de ese inmenso conjunto. La historia se basa en un espacio novelesco no muy amplio pero con bastantes personajes que intervienen poco en el transcurso de la obra.
De entre los trescientos personajes que aparecen, apenas encontraremos representantes de las clases más acomodadas, y del mismo modo no tienen relevancia los pertenecientes a la clase obrera o a los sectores marginados. Lo que predomina es la clase media baja, la pequeña burguesía venida a menos, es decir, gentes en situación inestable, que tienen un futuro incierto y han de vivir a salto de mata. Sus ilusiones y proyectos de futuro son engañosos: sus miradas «jamás descubren horizontes nuevos», y su vida es una «mañana eternamente repetida». Este tipo de personajes se ajusta muy bien a la visión de la vida subyacente en la novela, primera parte de una serie que había de llevar el significativo título de «Caminos inciertos».
La voluntad de reflejar con exactitud la realidad no supone la absoluta neutralidad del autor, que interviene de dos formas contradictorias. En la mayoría de los casos utiliza la técnica objetivista, es decir, se limita a mostrar, a describir desde fuera, sin penetrar en el interior de los personajes. Otras veces, sin embargo, adopta una actitud omnisciente y comenta irónicamente las actitudes de los personajes.


los santos inocentes: MIGUEL DELIBES La obra de Los Santos Inocentes habla en su primer libro o capítulo de Azarías. Este criado del señorito era un deficiente mental que acostumbraba a orinarse las manos para evitar que se le agrietasen y que siempre vestía con la misma ropa: unos pantalones de pana por las corvas, la bragueta sin botones y los pies descalzos. Tenía un búho al que cuidaba con gran atención proporcionándole comida, cobijo y mucho cariño. Acostumbraba a frotarle el entrecejo y a decirle milana bonita, milana bonita como gesto de aprecio y admiración. Pero un mal día que Azarías fue a buscar a su búho se lo encontró muerto en un rincón y sus intentos por reanimarlo fueron inútiles. Este suceso apenó mucho a Azarías y fue a decírselo al señorito para ver si le permitía llevar al búho a un Mago, pero a ese le pareció una idea absurda y se rió de Azarías de una forma humillante. Así que decidió llevárselo en su regazo y, después de ir a buscar a la Niña Chica de su hermana La Régula, acudió alpie de un alcornoque, cavó un pozo y allí enterró a su querida ave.
Por otra parte, Azarías, como criado que era, combinaba los cuidados de su búho con los quehaceres propios de las personas de su condición. Acompañaba al señorito y a sus amigos en días de caza para recoger las aves que estos conseguían, cuidaba los geranios,... Pero presentaba también extrañas costumbres. Además de la ya citada de orinarse las manos, solía quitar los tapones de las ruedas de los coches de los amigos del señorito, los guardaba en una caja y cuando se aburría los contaba, pero hacía mal porque no sabía (cosa que no le importaba).
En el segundo capítulo se narra la vida de Paco, el Bajo, y toda su familia. Comenzaron viviendo en uncortijo, sirviendo a Pedro, el perito, pero se trasladaron más tarde a otra finca. Ésta, más lejos de la escuela, sólo permitía que se abriese a la cultura Paco, el Bajo, acudiendo a clases cinco veranos seguidos, en unos cursos especiales que había organizado la Marquesa. 5 años más tarde, fueron reclamados de nuevo por Pedro ,el perito, para que volvieran a servirle. Tras esto, la Nieves, hija de Paco, el Bajo, y una niña muy espabilada comenzó a ayudar a sus padres en los quehaceres del cortijo de Pedro, el perito. Pero uno de los problemas que trata este libro va a acentuarse en este capítulo ya que Nieves dijo en una cena, mientras servía, que quería hacer la comunión. Exaltado, el señorito Iván (también presente en aquella cena) se quejó de que una persona que no fuese de su rango quisiera hacer la comunión, ya que no estaba permitido para criados. En esa misma cena surge otro de los acontecimientos clave: Pura, mujer de Pedro, el perito, se insinúa repetidas veces al señorito Iván delante de las narices de su propio esposo, algo que le hizo enfadar y desencadenar una fuerte discusión con su esposa hasta bien entrada la madrugada pero lejos de cesar, Pura aprovechaba cualquier ocasión para seguir insinuándose a Iván.
El tercer capítulo comienza planteando el problema del despido de Azarías por parte de si señor. Régula,hermana de Azarías, muy sorprendida, decidió intentar convencer al señor de que le aceptase de nuevo sinéxito porque éste alegaba la suciedad de Azarías y sus extrañas costumbres. Sin otro remedio, Paco, el Bajo y Régula se hicieron cargo de él e intentaron inculcarle que debía asearse y realizar sus necesidades en lugares adecuados y no en cualquier sitio. Por ello, Paco, el Bajo, se lo llevaba todos los días a la sierra para que se desahogara. Un buen día, Rogelio, hijo de Régula, se presentó en casa con una grajilla herida e indefensa para dársela a su tío Azarías. Este se puso muy contento y comenzó a cuidarla desde el primer momento con el fin de curarla y amaestrarla. Le cogió tanto cariño que la llamaba igual que a su anterior búho; le decía milana bonita, milana bonita.
En el cuarto capítulo, se muestra la preocupación del señorito Iván por el paso del tiempo en Paco, el Bajo, y por lo poco que prometen sus hijos si algún día llegaran a sucederle. Por esto, hablando con Crespoconfidencialmente, el señorito Iván recuerda sus comienzos en la caza con Paco el Bajo de ayudante, admirando sus dotes para buscar y recoger todas las aves capturadas por su escopeta. Esta virtud de Paco, elBajo, servía también para regocijo del señorito Iván delante de los colegas cuando iban de caza e incluso para preparar una pequeña exhibición y dejar atónitos a sus invitados. De hecho, en una cena del señorito Iván y sus amigos, surge otro de los problemas que plantea la obra. Y es que René, un francés, dijo que en centroeuropa la cultura era superior y el señorito Iván, sintiéndose insultado, hizo escribir en una servilleta a sus criados su nombre. Éstos, sorprendidos, comenzaron a mirar unos para otros e, intentando no defraudar a su señor, procedieron a hacerlo lo mejor que pudieron. No les quedó muy bien, pero Iván sí se quedó contento con el resultado y se encargó de hacerle ver a su amigo francés que en España también llegaba la cultura a las clases más bajas.
El quinto, y penúltimo episodio, hace referencia a la explotación a la que eran sometidos los criados sinpreocupación alguna por parte de los señores hacía su salud. Y es que, tras tantos años acompañando en sus cacerías al señorito Iván, Paco el Bajo ya estaba perdiendo las facultades físicas propias de un chaval. Fue debido a esto, por lo que un día, intentando preparar el reclamo para los pájaros en la cima de un árbol, Paco el Bajo sufrió una estrepitosa caída que le provocó una fractura en la pierna. Por ello, debía guardar reposo en casa pero el señorito Iván, preocupado por una cacería que tenía con sus amigos decidió probar con el hijo de Paco, el Bajo, Quirce, ya que el chico, a pesar de ser callado, prometía. Pero éste era demasiado áspero y no consiguió conectar con el señorito Iván por lo que éste quiso recuperar a Paco a toda costa y tenerlo preparado para la gran cacería. Lo malo era que Paco todavía no estaba curado por lo que le recomendó a su cuñado Azarías.
Finalmente, en el capítulo sexto, ya salían de caza el señorito Iván y Azarías pero ese no estaba muy contento con él porque era demasiado inocente y los ayudantes de los compañeros de cacería le robaban las aves abatidas. Sin más remedio que resignarse, el señorito Iván decidió que tenía que practicar más con Azarías por lo que los dos siguieron yendo de caza por su cuenta. Pero en uno de esos días, después de colocar Azarías el reclamo de las aves, el señorito Iván no fue capaz de cazar ninguna ave, cosa que le enfureció hasta tal punto que al ver pasar la grajilla de su ayudante tan cerca no dudó en disparar y derribar la a pesar de los gritos del noble criado para intentar evitarlo. Éste hecho enfureció y apenó tremendamente a Azarías, quien aprovechó una posterior salida de caza para preparar una trampa mortal para el señorito Iván mientras parecía que estaba montando el reclamo de aves. Dejó deslizar una cuerda por el cuello de su confuso señor y tiró de ella quedando éste ahorcado en el árbol.

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